Ceyalá

diario retroprogresivo

Habanera del primer amor

V
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Viuràs en silenci, amb una ferida al cor que no se’t curarà mai

(Goku a Freezer)

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Que no lo lea Wert

Puedes creer cualquier cosa. Que el hombre llegó a la Luna, o que no. Encontrarás argumentos para demostrar aquello que piensas. Encontrarás también pensamientos concluidos por argumentos precisos, y preciosos. Que la Tierra gira alrededor del Sol o que es el astro rey el que nos circunda. Mira, algunos encienden hogueras. Puedes creer que hay una ética, que el universo es puro caos, que el mundo es una mierda o que te parece maravilloso. Puedes ser compasivo o vengativo. Represiva o libertaria. Apagar tu fuego y no quemar a nadie, abrazarlo. Luchar por algo que te parece justo mientras te anudas los zapatos por la mañana. Sabes que no alcanzarás tu meta y no te atreves a moverte, te mueres de miedo.

Desistir de razonamientos inválidos. Puedes pensar, piénsalo, que tienes veinte años. Siempre veinte años. Fa vint anys que tinc vint anys. Fa vint anys que dic que fa vint anys que tinc vint anys. Es posible, incluso, que tengas veinte años. En ocasiones los planetas se conjuran para que eso ocurra. Puedes creer que mañana estarás vivo. O que seguirás vivo después de estar muerto. Puede que estés muerto y no lo sepas porque te dé pereza pensarlo. Que toda la vida es sueño. Que es un juego. Divertido, macabro juego.

Abre los ojos, piensa. Puedes creer que tu lucha te llevará a alguna parte. Que un ramo de flores llegará sin avisar. Sientes su perfume, sin verlo ni tocarlo. Rezarán por ti, ¿lo sabías? Puedes creer lo que quieras: en la nada; la nada es un absurdo, o la atrapas o te la pintarán de colores oscuros. Cree, piensa, muévete. Cree en algo. Si no lo haces, lo harán pr ti.

Deshacerse de lo que pesa sin echar de menos nada, absorto en lo importante. No más peso al peso del mundo. No olvidar, no se debe olvidar. ¿Se puede? Hay un momento en que caes en la cuenta: eres tú mismo el que pesa y no te puedes olvidar de ti mismo, salvo dejando de existir. Una mota de polvo es una montaña. Sabes que puedes vencerla, pero el esfuerzo pone en riesgo tu vida. Cómo explicarlo, si en verdad te sientes al fin etéreo y libre como un gorrión.

No puedo decir vuelvo en seguida, porque cada vez que lo digo pasan diez años. Cómo definiros mi estado de ánimo, no lo sé. Extrañamente vagando, tranquilo, inquieto, con la serenidad solemne de las grandes ocasiones mientras camino simplemente. Miro el mundo y sonrío. Qué me está pasando. Sólo decirte que si estás ahí, no te vayas. Me haces falta.